La tarde de este martes, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México recibió un retrato que inmortaliza a quien fuera su colaboradora más cercana y entrañable amiga: la maestra Ximena Guzmán Cuevas, fallecida recientemente. La obra, realizada por el artista Axel Ochoa, del colectivo Taller 8A, representa un homenaje profundo a una mujer cuya vocación de servicio y sensibilidad marcaron una época dentro del gobierno capitalino.

 

La entrega del retrato no fue solo un gesto artístico, sino también un acto de memoria y reconocimiento. El lienzo no retrata únicamente los rasgos físicos de Ximena, sino también la calidez y la fortaleza que la caracterizaron durante su vida y servicio público.

 

Ximena Guzmán Cuevas dejó una huella imborrable en la vida pública de la capital del país. Socióloga de formación, egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), amplió sus horizontes académicos en Francia, donde obtuvo una maestría en Sociología en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS). Su mirada crítica y su compromiso con las causas sociales la guiaron siempre por un camino de responsabilidad pública, vocación humanista y cercanía con la gente.

 

Desde sus primeros encargos en la administración pública, Ximena demostró una capacidad poco común para construir puentes entre instituciones, escuchar con atención y actuar con convicción. Se destacó por su labor en la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México entre 2015 y 2018, donde coordinó agendas interinstitucionales y giras de trabajo. Más tarde, asumió con entrega la responsabilidad de Secretaria Particular en la Alcaldía Iztapalapa, consolidando su reputación como una funcionaria íntegra y eficiente.

 

Su más reciente papel como Secretaria Particular de la Jefa de Gobierno fue también uno de los más significativos. Desde ese espacio no solo organizó y operó tareas cruciales para la gestión cotidiana del gobierno capitalino, sino que también se convirtió en una figura de referencia para quienes integraban el equipo cercano de la mandataria. Fue asesora, gestora y, sobre todo, una presencia humana que irradiaba confianza, inteligencia y solidaridad.

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